Cuando el día 4 de julio disfrutábamos de la entrañable jornada en Gudanes, habíamos empezado, casi sin saberlo, la experiencia del XXII Capítulo General.
Una experiencia única, como lo es cada Capítulo, pero que entre pasillos nos repetimos - y otras cercanas también parecen percibir - que ha tenido algo especial y que lo hace un poco diferente. ¿Porqué no creerlo si este Capítulo lo hemos vivido en el corazón de la celebración de nuestro Bicentenario que tantas gracias y dinamismo nos está regalando? ¿Porqué no creer, como nos ha dicho algún día Blanca, nuestra facilitadora, que nuestra Congregación es especialmente bendecida y amada por Dios, precisamente en este momento de pequeñez y fragilidad? Es verdad que puede sonar un poco “loco”… Nos lo decía Bernadette en la apertura recordando esa frase que tanto nos hemos repetido en este año: queremos abrirnos al futuro con esperanza… Ella misma nos animaba:
Si, puede ser locura; pero sabemos en quien nos apoyamos para afirmarlo…
Nos disponemos a celebrar nuestro XXII Capítulo General en el maravilloso dinamismo Año Jubilar que estamos viviendo.
El año Capitular integrado en nuestro Jubileo, ha sido rico y desbordante de acontecimientos: las celebraciones y las fiestas, las múltiples reuniones de preparación con los amigos, los reencuentros con la alegría que conlleva el compartir y el evocar recuerdos…
Pero el Año Capitular, han sido, también, las Asambleas de Territorio que nos han permitido encontrarnos para reflexionar, discernir juntas a partir de las Orientaciones, realizar los sondeos, así como los tiempos de reflexión vividos en comunidad y con otras… Y también ha sido tiempo de continuar y profundizar el camino de Alianza con las otras tres congregaciones …